Relatos

R.P. Browne se define como artista ‑nun­ca escritor- sin embar­go escribe des­de chico. Recien­te­mente el artista exam­i­na su pasa­do con pal­abras tan ínti­mas y pre­cisas como los detalles en sus cuadros. El for­ma­to elegi­do es el rela­to cor­to, surgi­do del per­durable impacto que tuvo al leer “La meta de un largo via­je”, un cuen­to de Michael Ende.

Ramírez pre­gun­tó, des­de la pro­fun­di­dad super­fi­cial de los años ochen­ta: “¿qué son las estrel­las, sino alfil­er­a­zos de luz en el oscuro telón de la noche?”

Sombras en La Cripta

Mi com­pañera Col­lette tenía una frase favorita: “Keep your friends close, and your ene­mies clos­er”. La decía sin mover su cara cha­ta y pecosa de Glas­gow, y al ter­mi­nar deja­ba escapar una son­risi­ta medieval.  Pero ésta no es una his­to­ria sobre ella; al final del día ese con­se­jo es viejo, y demasi­a­do común por acá. La his­to­ria que te voy a con­tar es sobre otro cole­ga quien, cuan­do le escuchó esa frase a la escoce­sa, tuvo que pen­sar­la dos veces

Novio joven I — Cuestión de fe

La dis­tan­cia a lo de su novia es incó­mo­da: algo lejos para ir cam­i­nan­do, no se jus­ti­fi­ca el taxi y la cue­ri­na del asien­to, en el colec­ti­vo, no lle­ga a calen­tarse. R baja del 128, da un vis­ta­zo a su muñe­ca izquier­da e inten­ta rela­jarse ‑Esta­mos bien.
Quiere ser pun­tu­al, si bien deja pasar dos o tres min­u­tos de las 9, la hora acor­da­da para esta impor­tante ocasión. Mejor dar­le a los anfitri­ones unos min­u­tos más para aco­modar las cosas. A sus veitipi­co, el chico sabe que la primera impre­sión cuenta. 

The Canteen

Hiya, I’m John‑o. John O’Marr, to be pre­cise. It’s the 11 o’clock tea break, my favourite time of the day. Of the work­ing day, that is. I sit straight but try to look relaxed, a cup­pa steam­ing on the table; not too close, nor too far from my freck­led right arm. Lyons Tea here, not Barry’s.

Al Palo

BZZZZZ BZZZZZ. El what­sapp otra vez – Es Char­lie man­dan­do fotos vie­jas, algu­nas geológ­i­cas. A ésta R la recuer­da per­fec­ta­mente. Él tam­bién tiene su copia; la pre­gun­ta es qué hace en poder de Char­lie, que no está en esa foto gru­pal. Tal vez se ocupó de sacar­la. Por aque­l­la época ya era cono­ci­do por su pres­en­cia fan­tas­magóri­ca; aparecía de la nada y se esfum­a­ba con igual sig­i­lo. Esta­ba y no esta­ba, como en la foto.

Calles con revancha

El número 8 de la casa geor­giana –en bronce, sobre la puer­ta de madera maciza pin­ta­da verde inglés- era ape­nas vis­i­ble des­de la vere­da. Se le planta­ban delante las hue­su­das ramas de un almen­dro, lejos aún de su blan­co esplen­dor pri­mav­er­al. Los niños, con los baldes reple­tos, habían cesa­do su angur­ri­en­to ras­tril­la­je ‑por esa calle posh- horas atrás. Una vez que los invi­ta­dos descifra­ban la numeración, se deshacían del abri­go, y apre­stando su botel­la gol­pea­ban a la puer­ta, con­fi­a­ban en sor­pren­der –con sus ropas y care­­tas- al reser­va­do anfitrión. Pero esa noche hela­da, escalones de piedra arri­ba, reci­bieron la bien­veni­da del mis­mísi­mo Diablo.

En bateau por el Danubio

La noche flota en el Danu­bio, y sobre los her­manos que otean las amar­ras des­de el muelle Újpesti. Tratan de dis­tin­guir cuál de los bateaux es el de la fies­ta. R había pasa­do a bus­car a Marnie por lo de Dani, en la calle Csa­logány esquina con el río, donde ella está paran­do. Increíble la vista del Par­la­men­to des­de ese dep­to ‑en la mar­gen opuesta‑, todo ilu­mi­na­do y en espe­jo con­tra el agua…de cuento.

Los Inmortales

Ax y R se alis­tan para la noche — volverán a KAL. Aunque que­da lejos, es el boliche que pasa la mejor músi­ca y atrae las minas más rock­eras. Se han tur­na­do para esa ducha con la que sacar la sal de la piel, sobre todo de la cabeza: ambos se han deja­do el pelo largo…

Ella

R supo al instante que esa noche le costaría dormirse, porque ya soña­ba con Ella. Tal fue el impacto, la ráp­i­da suce­sión de estí­mu­los que le coparon – sin pedir per­miso- cada sen­ti­do, que sus ojos quedaron encan­di­la­dos. El per­fume de la chi­ca era una cari­cia que se…

Nun­ca defrau­da la his­to­ria del domin­go. Mate­r­i­al de oro tra­ba­ja­do por el mejor de los orfebres!
M.G.

Los pacientes del Dr. Browne 

El Dr. Alber­to Mateo Browne tuvo la curiosa for­tu­na de aten­der ‑con algu­na fre­cuen­cia- a tres de los escritores argenti­nos más renom­bra­dos : Jorge Luis Borges, Adol­fo Bioy Casares y Ernesto Sába­to (tam­bién pin­tor). La conex­ión venía por la Sociedad Argenti­na de Escritores.

Además de haber obtenido títu­los en las car­reras de Filosofía y Letras, y Psi­cología, su espe­cial­ización en Med­i­c­i­na fue la Home­opatía, con la que rozó –sin pro­ponérse­lo- la fron­tera del eso­ter­is­mo. Prob­a­ble­mente este cúmu­lo de inqui­etudes y conocimien­tos uni­ver­sal­is­tas  atra­jer­an el interés de los escritores hacia con­sul­to­rio del Dr. Browne, en su mis­ma res­i­den­cia. Su pequeña hija Rosa Lin­da llegó a tra­bar un par­tic­u­lar encono hacia Borges. Según parece las vis­i­tas del ilus­tre paciente deriv­a­ban en largas horas de char­la con el doc­tor, que dis­min­uían la pre­ci­a­da aten­ción paterna. 

En uno de sus cuen­tos más cono­ci­dos -“La tra­ma celeste”- Bioy Casares incluye como co-pro­tag­o­nista al “doc­tor Car­los Alber­to Ser­vian, médi­co home­ó­pa­ta”, el cual desa­parece ‑jun­to al capitán Iri­neo Mor­ris- entre los plieges de un uni­ver­so para­le­lo. R.P. Browne no llegó a cono­cer a su abue­lo, y tiende a descreer de la home­opatía. Se pre­gun­ta, sin embar­go, sobre la dilu­ción de estas influ­en­cias en sus pro­pio tor­rente artístico.

tu apoyo es muy importante!

SdV — Secundario de Varones 

El año puede ser 1985, 1989. O quizás 1977; inclu­so 1998.

Dig­amos que estos hechos ‑más reales que fic­ti­cios- ocur­rieron en un cole­gio católi­co de varones; uno de esos cole­gios algu­na vez pres­ti­giosos del Bar­rio Norte, o quien dice en uno de Bec­car o San Isidro. Que los per­son­ajes , aún con los nom­bres alter­ados,  existieron;  y que comen­zaron a desar­rol­lar sus apti­tudes allí y por esas fechas. Y agregue­mos que lo predi­cho por uno de los curas-tutores en dicha insti­tu­ción se cumplió: ” El día de mañana serán ust­edes los que diri­jan este país”.

SdV/T1-E5 Esa merecida primera plana

Los Dineri eran poderosos. Esto era evi­dente por el halo que envolvía a Maro, y que lo sep­a­ra­ba sutil­mente del resto. La proyec­ción rev­er­en­cial afecta­ba al alum­na­do tan­to como a la direc­ción: los pro­fe­sores se cuid­a­ban de exi­girle, los com­pañeros de molestar­lo, y…

SdV/T1-E4 Detrás del Gang Bang en la Reserva India

La ver­sión local del engreí­do, vanidoso y bravucón estereoti­pa­do en las pelícu­las de los 80´ — John­ny Lawrence en Karate Kid, Ice­man en Top Gun – llegó al secun­dario des­de otro cole­gio. Como en aque­l­las, era el rubio de los –tril­la­dos- ojos celestes; una especie de…

SdV/T1-E3 Turismo Villero Express

Uno de los tipos más inde­seables durante los recre­os era Ávi­la. Nor­mal­mente nos agrupábamos en mon­tones de tres a seis fla­cos, dis­per­sos por el patio en patrones irreg­u­lares. Las pare­des y colum­natas perime­trales solían con­cen­trar más alum­nos, porque favorecían el…

SdV/T1-E2 El Avión, otro emprendimiento de Augusto Benutto

Augus­to era un emprende­dor nato. Hijo de den­tis­tas, tenía ambi­ciones y, por qué no, recur­sos de per­suasión social que irre­me­di­a­ble­mente enfo­ca­ba a sus proyec­tos. Benut­to siem­pre tenía un negoc­i­to entre manos y la moti­vación para conc­re­tar­lo. El primero que me viene a…

SdV/T1-E1 Una pastiwruita

Más que ami­gos, eran como her­manos. Ger­mán Cal­do  ‑apo­da­do Chiq­ui­to y luego Chiqui‑, Lean­dro de San­tis y Máx­i­mo Gold­fish llev­a­ban toda una vida jun­tos: jardín de infantes, primer gra­do y toda la pri­maria, aho­ra en el secun­dario. Vivían a pocos met­ros uno de otro,…

SdV — Temporada 1

Secun­dario de Varones

Un episo­dio sem­anal cada Domingo !

SdV/T1-E1- Una pastiwrita

SdV/T1-E2- El Avión, otro emprendimien­to de Augus­to Benutto

SdV/T1-E3- Tur­is­mo Villero Express

SdV/T1-E4- Detrás del gang bang en la Reser­va India

SdV/T1-E5- Esa mere­ci­da primera plana

Impor­tante: la visión de los per­son­ajes en cuestión no refle­jan la del autor — toda seme­jan­za con per­sonas o nom­bres es pura coincidencia.

tu apoyo es muy importante!

New ! Online Shop 

thumb-the-swamp-i-circ

Copy­right RP Browne 2017 — For Infor­ma­tion regard­ing RP Browne’s work please con­tact the artist at info@rpbrowne.com



error: Content is protected !!